miércoles, 4 de noviembre de 2009

BACTERIAS PROBIÓTICOS


Los alimentos probióticos no son otro que alimentos comunes, excepto que dentro de ellos, contienen microorganismos vivos. Estos microorganismos tienen un poder antibiótico para combatir ciertas dolencias como pueden ser las diarreas, alergias, gripes y hasta algunos tumores.

Lo primero que tenemos que aclarar es en que consiste nuestra flora intestinal. La flora intestinal es un conjunto de microorganismos en su mayoria bacterias, algunas que resultan beneficiosas y otras que resultan dañinas para nuestro organismo.
Esta flora la tenemos desde nuestro nacimiento, pero a lo largo de la vida es normal que sufra diversos cambios provocados por los distintos hábitos alimenticios, enfermedades, uso de antibióticos y medicinas, etc.

Las funciones de este conjunto de bacterias son variadas y entre ellas podemos mencionar las de fermentar los residuos de los alimentos, estimular y regular el sistema inmunitario y actuar como barrera frente a las bacterias dañinas para nuestro organismo.

Los alimentos probióticos, tambien llamados alimentos funcionales, contienen microorganismos que, ingeridos, proporcionan efectos beneficios a nuestro cuerpo. Los mas comunes y conocidos son los que se incluyen en los productos lácteos, donde se añaden bacterias como los lactobacilos (lactobacillus), las bifidobacterias (bifidobacterium) y Streptococcus Termophillus entre otras. Esto es típico en las leches fermentadas, leches cultivadas, yogures con lactobacilus GG, cuajadas, quesos fermentados y otros casos muy publicitados.

Beneficios que aportan a nuestro organismo

Regulación del funcionamiento intestinal: Los lactobacilos tienen la particularidad de adherirse sobre la pared intestinal impidiendo asi el asentamiento de bacterias dañinas.
La diarrea aparece como consecuencia del aumento excesivo de bacterias perjudiciales y contra las que actuan los lactobacilos como protección.
Al mismo tiempo, los lactobacilos combaten el estreñimiento acelerando el tránsito intestinal.

Frente a algunos tipos de alergia: Se ha observado que los lactobacilos mejoran los síntomas de alergias y asmas, y tambien ayudan beneficiosamente en las patologías dermatológicoas como puede ser los eczemas.

Como prevención contra la gripe: El lactobacilo Casei (L.Casei) tiene un comprobado efecto preventivo sobre el virus de la gripe.

Refuerzo del sistema inmunológicos de personas que están expuestas a altos consumos calóricos, como atletas y ciertas areas laborales. Lo observado es que ante la exigencia del esfuerzo físico, el sistema inmunológico se veía reducido. El consumo de alimentos con lactobacilos ha demostrado aumentar la respuesta inmune de este espectro de gente.

La mas importante conclusión es la de incluir alimentos lacteos en nuestra dieta diaria. Todo el tiempo que estemos aportando sus propiedades al organismo, permanecerán sus efectos; aunque como estos se eliminan por vías naturales, se requiere del frecuente aporte de estos a través de los nombrados alimentos para asegurar sus efectos.

CLASIFICACIÓN DEL REINO MONERA


Clasificación de las bacterias


Tipos principales de bacterias

La clasificación de las bacterias es complicada, pues su aspecto al microscopio no es suficiente para establecer una clasificación. Hay que estudiar su composición química, su modo de vida, su material genético... A partir de estos aspectos, se distinguen dos tipos principales de bacterias: las arqueobacterias y las eubacterias.

* Las bacterias también se pueden clasificar como:
- Litotrofas, si utilizan como donadores de electrones compuestos inorgánicos.
- Organotrofas, si utilizan como donadores de electrones compuestos orgánicos.

*Otra clasificación es según la composición de su pared celular:

- Gram +: pared compuesta por peptidoglucano y ácido teicoico

- Gram -: pared compuesta por peptidoglucano y una membrana externa que contiene lipoproteínas y lipopolisacáridos


Las bacterias se reproducen con mucha rapidez. En algunas especies la replicación en condiciones óptimas se lleva a cabo tan solo en unos 15 minutos. Una célula bacteriana puede convertirse en dos en 15 minutos, en cuatro en 30, en ocho en 45 y así sucesivamente. De ese modo, las bacterias podrían cubrir con rapidez la faz de la Tierra si el suministro de nutrientes fuese ilimitado. Sin embargo, en ausencia de nutrientes suficientes, muchas bacterias forman esporas latentes que sobreviven hasta que disponen de nuevo de alimento. La formación de esporas hace posible también que las bacterias sobrevivan en determinadas condiciones adversas.


Se pueden reproducir por:
* Fisión Binaria:

Las células bacterianas se dividen por fisión o bipartición; la bacteria aumenta de tamaño hasta casi duplicar su tamaño inicial y el material genético se duplica; luego, la bacteria se estrecha por la mitad y tiene lugar la división completa formándose dos células hijas idénticas a la célula madre.

En primer lugar, el ADN bacteriano (que está anclado a un mesosoma) se replica, y se forman todas las moléculas que necesita la nueva célula. La nueva molécula de ADN se une a otro mesosoma nuevo. La membrana crece separando las dos moléculas de ADN. En la zona central de la célula, la membrana celular se invagina hacia el centro y se cierra para, finalmente, dividir a la célula en dos de tamaño muy similar, formándose una nueva pared celular entre las membranas.

*Formación de Esporas:


En respuesta a la escasez de nutrientes u otras condiciones adversas, muchas bacterias sobreviven mediante la formación de esporas que resisten las condiciones extremas del medio, como la deshidratación, el calor o los productos químicos tóxicos. Las esporas preservan el ADN bacteriano y permanecen vivas pero inactivas. Cuando las condiciones mejoran, las esporas comienzan a desarrollarse y las bacterias se activan de nuevo.

REINO MONERA

Características y clasificación de las bacterias

Las bacterias no se pueden ver, pero se pueden «sembrar» en placas en el laboratorio. En ellas forman colonias; es decir, acúmulos de millones de ellas, que...
El reino de los móneras está formado exclusivamente por bacterias, los seres vivos más sencillos que existen.
Las bacterias se pueden definir como seres unicelulares procariotas, es decir, seres vivos formados por una sola célula que no tiene núcleo.
Suelen medir alrededor de 1 micrómetro, aunque se han hallado algunas «gigantes», que rondan un milímetro.
Su forma es variada. La mayoría suele tener forma de bastoncillo (bacilos), de esfera (cocos), curvada (vibrios) u ondulada (espirilos), aunque pueden adoptar otras, o ser irregulares.
Según su nutrición, hay bacterias heterótrofas y autótrofas. Dentro de las autótrofas, muchas son fotosintéticas, pues fabrican materia orgánica gracias a la energía de la luz solar, como las plantas. Otras, en cambio, utilizan la energía de reacciones químicas en las que intervienen sustancias inorgánicas que se encuentran en las rocas. Estas bacterias se llaman quimiosintéticas.
Las hay que necesitan oxígeno para respirar. Otras, en cambio, no lo precisan o, incluso, es dañino para ellas, por lo que deben vivir en lugares a los que no llegue el aire, como el fondo de los pantanos.