ENTOMOLOGIA
La entomología tiene sus raíces en casi todas las culturas desde tiempos prehistóricos, mayormente con la aparición de la agricultura (plagas, cría de abejas), pero el estudio científico empezó recientemente en el siglo XVI. La lista de entomólogos que registra la historia es enorme e incluye nombres como Charles Darwin, Vladimir Nabokov, Karl von Frisch (ganador del premio nobel en 1973), y muchos otros más.
La entomología (del griego éntomos, «insecto», y logos, «ciencia»)[] es el estudio científico de los insectos. De cerca de las 1,3 millones de especies descritas, los insectos constituyen más de los dos tercios de todos los seres vivos conocidos[] y, además tienen una larga historia fósil, ya que su aparición se remonta al Devónico, hace unos 400 millones de años. Tiene muchas formas de interacción con los humanos y con otras formas de vida en la Tierra; es así que la entomología se constituye una especialidad importante dentro de la zoología. La entomología incluye, con frecuencia, el estudio de otros artrópodos, como arácnidos, crustáceos y miriápodos, aunque esta extensión sea técnicamente incorrecta.
Los insectos.
Morfología de los insectos.
Para empezar, los insectos son artrópodos (con todo lo que ello implica), caracterizados por tener el cuerpo dividido en cabeza, tórax y abdomen (aunque puede haber excepciones a esta organización corporal entre las larvas y adultos, en los que pueden aparecer estas partes parcialmente reducidas o soldadas (ZAHRADNIK & CHVÁLA (1990))).
La cabeza consta de seis segmentos soldados para formar una cápsula dura, igual que los huesos de tu cabeza se unen para proteger tu cerebro (aunque los insectos carecen de un cerebro propiamente dicho). A simple vista se pueden distinguir en ella los ojos, las mandíbulas y las antenas.
Los ojos se pueden considerar como un tipo de sistema fotorreceptor, ya que, al fin y al cabo, eso es lo que hacen, captar la luz recibida. Básicamente, nos podemos encontrar con tres sistemas fotorreceptores (Torralba & Pérez 1997):
a) Receptores dérmicos: no se trata de receptores localizados, sino que toda la cutícula aparece como sensible a la luz. Esto se ha comprobado en larvas de Lepidópteros, en Periplaneta y en larvas de Tenebrio.
65 Kb)" o:button="t" o:allowoverlap="f">b) Ocelos: también denominados ojos simples por el hecho de estar formados por una única ommatidia. Aparecen en la mayoría de los insectos. En la siguiente fotografía se pueden apreciar los ocelos (en la típica disposición de triángulo) del díptero Drosophila melanogaster, tal y como se ven al microscopio electrónico de barrido (para hacerse una idea del tamaño real, la barrita blanca mide 10 micras).
c) Ojos compuestos: están formados por una cantidad variable de ommatidias, que puede ir desde 1 en la obrera de la hormiga Ponera punctatissima hasta los cerca de 30.000 que presentan algunas especies de libélulas.
Los ojos compuestos de los insectos se pueden asimilar a un conjunto de lentes, que pueden dejar pasar la luz de unas a otras o estar aisladas por pigmentos, cada una de las cuales está formada por una lente, una guía de ondas (el rabdoma) y unos receptores de distintas longitudes de onda (TORRALBA & PÉREZ, 1997). Como esquema de un ojo compuesto de zona clara, puede valer éste (47 Kb).
Estos ojos pueden funcionar (y de hecho lo hacen) como analizadores de luz polarizada, lo que les permite (entre otras cosas) encontrar la dirección a seguir entre la colmena y las fuentes de néctar a las abejas (WEHNER 1995) aunque esto es algo que ya habíamos dicho al tratar de los artrópodos en general.
En las mandíbulas indudablemente ha de haber una gran variedad, no puede ser igual la que emplee una mariposa para libar el néctar de las flores que la que emplee un mosquito (mosquita más bien) para succionar la sangre.
En general, las mandíbulas de los insectos se llaman de formas distintas dependiendo de la función que hagan, a saber: trompa chupadora (moscas), probóscide chupadora (mariposas), probóscide perforante (chinches), probóscide lamedora (abejas), tubo succionador (mosquitos),... En algunos casos, la forma de las mandíbulas es típica de un orden, pero puede haber más de un tipo de mandíbula por cada orden.
En las antenas están los sentidos del tacto y del olfato de los insectos. Por lo general los insectos poseen dos antenas, excepción hecha de aquellos individuos que por ser inmaduros o por haber sufrido algún accidente carecen de una o incluso de los dos apéndices antedichos. Como ocurre en casi cualquier otro órgano de los insectos, existen numerosas adaptaciones y variantes, incluso dentro de la misma especie (en numerosos casos, se da un diformismo sexual consistente en que el macho presenta unas antenas plumosas (o más plumosas) que las hembras, y que les sirven para localizar a estas por el rastro de feromonas que emiten). En el dibujo de la página siguiente se puede observar la gran variación de este órgano existente entre las mariposas.
El tórax está formado por tres segmentos que, nombrados de delante atrás, se llaman protórax, mesotórax y metatórax. Es en el tórax donde se hallan las patas y las alas del insecto en el caso de existir.
Como veremos más adelante, las alas son la característica que más se emplea a la hora de clasificar a un insecto. Así, son muchos los grupos de insectos que reciben su nombre del tipo de alas que poseen: los lepidópteros (mariposas) son los que tienen alas escamosas, los coleópteros (escarabajos) son los que tienen cubrealas duros, los dípteros (moscas y mosquitos) son los que tienen dos alas,...
Es curioso que los insectos tengan alas, y, sin embargo, a la mayoría de las personas les parece de lo más normal. Aves y murciélagos han desarrollado alas a partir de estructuras anteriores que se han adaptado al vuelo.
Evolutivamente no puede surgir por una mutación un órgano tan complejo como puede ser un ala; así pues ¿cual era y para qué servía la estructura primitiva que ha dado lugar a las alas de los insectos?
Se han efectuado hipótesis sobre si la función de esas protoalas podría ser la de la estabilidad en el salto o presentar una minúscula superficie planeadora a la hora de caer. Sin embargo, experimentos hechos con modelos a escala revelan que las estructuras primitivas que pudieron surgir por mutación no sirven para estas funciones más de lo que sirve, por ejemplo, una pata.
Una vez llegados a este punto hemos de encontrar el posible beneficio que representaba que una protoala se fuera desarrollando por selección natural, porque de lo contrarío no habría pasado de una mera mutación sin importancia y por tanto, destinada a desaparecer.
Es ahora cuando nos encontramos con otras hipótesis de trabajo que indican que las protoalas podrían tener una función termorreguladora. Los experimentos confirman esta hipótesis y descubren unos datos interesantes: cuando (por efectos de tamaño) se estaciona la función termorreguladora de las alas y, por tanto, no habría ninguna razón para que siguieran creciendo, empieza a notarse un verdadero aumento de la función que actualmente desempeñan, creciendo esta con el tamaño: la capacidad para el planeo y, más tarde, para el vuelo.
En cuanto a las patas, decir tan solo que están formadas por la coxa, el trocánter (en algunos casos también trocantelo), el fémur, la tibia y el tarso, aunque algunas de estas piezas se pueden fusionar dependiendo de si se trata de una pata "típica" o si está especializada en alguna función (ver dibujos página siguiente).
En el abdomen se hallan los aparatos genitales y el ovopositor, que algunas veces se halla muy desarrollado (saltamontes, grillos) y otras, de lo que darán fe aquellos incautos que hallan molestado a una abeja o a una avispa, se ha convertido en un aguijón. No suele haber apéndices en el abdomen, aunque éste puede terminar en varios cercos.
En cuanto a la anatomía típica de los insectos daremos a continuación un breve paseo por los sistemas y aparatos más importantes de estos artrópodos.
i Aparato respiratorio: los insectos respiran por traqueas. Una traquea es una invaginación del ectodermo llena de tubos finos llamados traqueolas. Algunas larvas e insectos acuáticos poseen branquias traquéales (= traqueobranquias), y otros han desarrollado una cámara respiratoria donde guardan el aire en sus inmersiones.
i Aparato circulatorio: Se trata de un aparato circulatorio abierto o lagunar, con un solo vaso sanguíneo dorsal y un corazón. Está lleno de hemolinfa, que es, aproximadamente, el equivalente de nuestra sangre y nuestra linfa; aunque tenemos que tener claro que el sistema circulatorio de los insectos no se emplea para el intercambio gaseoso con los tejidos, función esta que realiza por sí solo el aparato respiratorio.
i Sistema nervioso: Está formado por un ganglio supraesofágico, que hace las veces de cerebro, y una cadena ganglionar ventral.
NOMBRES DE INSECTOS
NOMBRE COMUN
NOMBRE ZOOLÓGICO
Acaro blanco
Polyphagotarsonemus latus
Arañuela roja del te
Oligonychus yothersi
Bicho taladro
Hylotrupes Bajulus
Chicharrita
Delphacodes kuscheli
Chinche de la alfalfa
Piezodorus guildinii
Cotorrita
Empoasca fabae
Gorgojo de la alfalfa
Naupactus leucoloma
Gusano áspero
Agrotis malefida
Gusano cogollero
Heliothis virescens
Lagarta rosada
Pectinophora gossypiella
Mosca de la fruta
Ceratitis capitata
Mosca de la semilla
Delia platura
Oruga de la alfafa
Colias lesbia
Picudo del algodón
Anthonomus grandis
Piojo de San José
Quadraspidiotus perniciosus
Pulgón del maíz
Rhopalosiphum maidis
Pulguillas
Epitrix sp.
Taladrillo de los frutales
Scolytus rugulosus
Tucuras
Acrididae
Vaquita de San Antonio
Diabrotica speciosa
lunes, 24 de agosto de 2009
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