miércoles, 4 de noviembre de 2009
BACTERIAS PROBIÓTICOS
Los alimentos probióticos no son otro que alimentos comunes, excepto que dentro de ellos, contienen microorganismos vivos. Estos microorganismos tienen un poder antibiótico para combatir ciertas dolencias como pueden ser las diarreas, alergias, gripes y hasta algunos tumores.
Lo primero que tenemos que aclarar es en que consiste nuestra flora intestinal. La flora intestinal es un conjunto de microorganismos en su mayoria bacterias, algunas que resultan beneficiosas y otras que resultan dañinas para nuestro organismo.
Esta flora la tenemos desde nuestro nacimiento, pero a lo largo de la vida es normal que sufra diversos cambios provocados por los distintos hábitos alimenticios, enfermedades, uso de antibióticos y medicinas, etc.
Las funciones de este conjunto de bacterias son variadas y entre ellas podemos mencionar las de fermentar los residuos de los alimentos, estimular y regular el sistema inmunitario y actuar como barrera frente a las bacterias dañinas para nuestro organismo.
Los alimentos probióticos, tambien llamados alimentos funcionales, contienen microorganismos que, ingeridos, proporcionan efectos beneficios a nuestro cuerpo. Los mas comunes y conocidos son los que se incluyen en los productos lácteos, donde se añaden bacterias como los lactobacilos (lactobacillus), las bifidobacterias (bifidobacterium) y Streptococcus Termophillus entre otras. Esto es típico en las leches fermentadas, leches cultivadas, yogures con lactobacilus GG, cuajadas, quesos fermentados y otros casos muy publicitados.
Beneficios que aportan a nuestro organismo
Regulación del funcionamiento intestinal: Los lactobacilos tienen la particularidad de adherirse sobre la pared intestinal impidiendo asi el asentamiento de bacterias dañinas.
La diarrea aparece como consecuencia del aumento excesivo de bacterias perjudiciales y contra las que actuan los lactobacilos como protección.
Al mismo tiempo, los lactobacilos combaten el estreñimiento acelerando el tránsito intestinal.
Frente a algunos tipos de alergia: Se ha observado que los lactobacilos mejoran los síntomas de alergias y asmas, y tambien ayudan beneficiosamente en las patologías dermatológicoas como puede ser los eczemas.
Como prevención contra la gripe: El lactobacilo Casei (L.Casei) tiene un comprobado efecto preventivo sobre el virus de la gripe.
Refuerzo del sistema inmunológicos de personas que están expuestas a altos consumos calóricos, como atletas y ciertas areas laborales. Lo observado es que ante la exigencia del esfuerzo físico, el sistema inmunológico se veía reducido. El consumo de alimentos con lactobacilos ha demostrado aumentar la respuesta inmune de este espectro de gente.
La mas importante conclusión es la de incluir alimentos lacteos en nuestra dieta diaria. Todo el tiempo que estemos aportando sus propiedades al organismo, permanecerán sus efectos; aunque como estos se eliminan por vías naturales, se requiere del frecuente aporte de estos a través de los nombrados alimentos para asegurar sus efectos.
CLASIFICACIÓN DEL REINO MONERA
Clasificación de las bacterias
Tipos principales de bacterias
La clasificación de las bacterias es complicada, pues su aspecto al microscopio no es suficiente para establecer una clasificación. Hay que estudiar su composición química, su modo de vida, su material genético... A partir de estos aspectos, se distinguen dos tipos principales de bacterias: las arqueobacterias y las eubacterias.
* Las bacterias también se pueden clasificar como:
- Litotrofas, si utilizan como donadores de electrones compuestos inorgánicos.
- Organotrofas, si utilizan como donadores de electrones compuestos orgánicos.
*Otra clasificación es según la composición de su pared celular:
- Gram +: pared compuesta por peptidoglucano y ácido teicoico
- Gram -: pared compuesta por peptidoglucano y una membrana externa que contiene lipoproteínas y lipopolisacáridos
Las bacterias se reproducen con mucha rapidez. En algunas especies la replicación en condiciones óptimas se lleva a cabo tan solo en unos 15 minutos. Una célula bacteriana puede convertirse en dos en 15 minutos, en cuatro en 30, en ocho en 45 y así sucesivamente. De ese modo, las bacterias podrían cubrir con rapidez la faz de la Tierra si el suministro de nutrientes fuese ilimitado. Sin embargo, en ausencia de nutrientes suficientes, muchas bacterias forman esporas latentes que sobreviven hasta que disponen de nuevo de alimento. La formación de esporas hace posible también que las bacterias sobrevivan en determinadas condiciones adversas.
Se pueden reproducir por:
* Fisión Binaria:
Las células bacterianas se dividen por fisión o bipartición; la bacteria aumenta de tamaño hasta casi duplicar su tamaño inicial y el material genético se duplica; luego, la bacteria se estrecha por la mitad y tiene lugar la división completa formándose dos células hijas idénticas a la célula madre.
En primer lugar, el ADN bacteriano (que está anclado a un mesosoma) se replica, y se forman todas las moléculas que necesita la nueva célula. La nueva molécula de ADN se une a otro mesosoma nuevo. La membrana crece separando las dos moléculas de ADN. En la zona central de la célula, la membrana celular se invagina hacia el centro y se cierra para, finalmente, dividir a la célula en dos de tamaño muy similar, formándose una nueva pared celular entre las membranas.
*Formación de Esporas:
En respuesta a la escasez de nutrientes u otras condiciones adversas, muchas bacterias sobreviven mediante la formación de esporas que resisten las condiciones extremas del medio, como la deshidratación, el calor o los productos químicos tóxicos. Las esporas preservan el ADN bacteriano y permanecen vivas pero inactivas. Cuando las condiciones mejoran, las esporas comienzan a desarrollarse y las bacterias se activan de nuevo.
REINO MONERA
Características y clasificación de las bacterias
Las bacterias no se pueden ver, pero se pueden «sembrar» en placas en el laboratorio. En ellas forman colonias; es decir, acúmulos de millones de ellas, que...
El reino de los móneras está formado exclusivamente por bacterias, los seres vivos más sencillos que existen.
Las bacterias se pueden definir como seres unicelulares procariotas, es decir, seres vivos formados por una sola célula que no tiene núcleo.
Suelen medir alrededor de 1 micrómetro, aunque se han hallado algunas «gigantes», que rondan un milímetro.
Su forma es variada. La mayoría suele tener forma de bastoncillo (bacilos), de esfera (cocos), curvada (vibrios) u ondulada (espirilos), aunque pueden adoptar otras, o ser irregulares.
Según su nutrición, hay bacterias heterótrofas y autótrofas. Dentro de las autótrofas, muchas son fotosintéticas, pues fabrican materia orgánica gracias a la energía de la luz solar, como las plantas. Otras, en cambio, utilizan la energía de reacciones químicas en las que intervienen sustancias inorgánicas que se encuentran en las rocas. Estas bacterias se llaman quimiosintéticas.
Las hay que necesitan oxígeno para respirar. Otras, en cambio, no lo precisan o, incluso, es dañino para ellas, por lo que deben vivir en lugares a los que no llegue el aire, como el fondo de los pantanos.
Las bacterias no se pueden ver, pero se pueden «sembrar» en placas en el laboratorio. En ellas forman colonias; es decir, acúmulos de millones de ellas, que...
El reino de los móneras está formado exclusivamente por bacterias, los seres vivos más sencillos que existen.
Las bacterias se pueden definir como seres unicelulares procariotas, es decir, seres vivos formados por una sola célula que no tiene núcleo.
Suelen medir alrededor de 1 micrómetro, aunque se han hallado algunas «gigantes», que rondan un milímetro.
Su forma es variada. La mayoría suele tener forma de bastoncillo (bacilos), de esfera (cocos), curvada (vibrios) u ondulada (espirilos), aunque pueden adoptar otras, o ser irregulares.
Según su nutrición, hay bacterias heterótrofas y autótrofas. Dentro de las autótrofas, muchas son fotosintéticas, pues fabrican materia orgánica gracias a la energía de la luz solar, como las plantas. Otras, en cambio, utilizan la energía de reacciones químicas en las que intervienen sustancias inorgánicas que se encuentran en las rocas. Estas bacterias se llaman quimiosintéticas.
Las hay que necesitan oxígeno para respirar. Otras, en cambio, no lo precisan o, incluso, es dañino para ellas, por lo que deben vivir en lugares a los que no llegue el aire, como el fondo de los pantanos.
lunes, 24 de agosto de 2009
INSECTUARIO VIRTUAL
ENTOMOLOGIA
La entomología tiene sus raíces en casi todas las culturas desde tiempos prehistóricos, mayormente con la aparición de la agricultura (plagas, cría de abejas), pero el estudio científico empezó recientemente en el siglo XVI. La lista de entomólogos que registra la historia es enorme e incluye nombres como Charles Darwin, Vladimir Nabokov, Karl von Frisch (ganador del premio nobel en 1973), y muchos otros más.
La entomología (del griego éntomos, «insecto», y logos, «ciencia»)[] es el estudio científico de los insectos. De cerca de las 1,3 millones de especies descritas, los insectos constituyen más de los dos tercios de todos los seres vivos conocidos[] y, además tienen una larga historia fósil, ya que su aparición se remonta al Devónico, hace unos 400 millones de años. Tiene muchas formas de interacción con los humanos y con otras formas de vida en la Tierra; es así que la entomología se constituye una especialidad importante dentro de la zoología. La entomología incluye, con frecuencia, el estudio de otros artrópodos, como arácnidos, crustáceos y miriápodos, aunque esta extensión sea técnicamente incorrecta.
Los insectos.
Morfología de los insectos.
Para empezar, los insectos son artrópodos (con todo lo que ello implica), caracterizados por tener el cuerpo dividido en cabeza, tórax y abdomen (aunque puede haber excepciones a esta organización corporal entre las larvas y adultos, en los que pueden aparecer estas partes parcialmente reducidas o soldadas (ZAHRADNIK & CHVÁLA (1990))).
La cabeza consta de seis segmentos soldados para formar una cápsula dura, igual que los huesos de tu cabeza se unen para proteger tu cerebro (aunque los insectos carecen de un cerebro propiamente dicho). A simple vista se pueden distinguir en ella los ojos, las mandíbulas y las antenas.
Los ojos se pueden considerar como un tipo de sistema fotorreceptor, ya que, al fin y al cabo, eso es lo que hacen, captar la luz recibida. Básicamente, nos podemos encontrar con tres sistemas fotorreceptores (Torralba & Pérez 1997):
a) Receptores dérmicos: no se trata de receptores localizados, sino que toda la cutícula aparece como sensible a la luz. Esto se ha comprobado en larvas de Lepidópteros, en Periplaneta y en larvas de Tenebrio.
65 Kb)" o:button="t" o:allowoverlap="f">b) Ocelos: también denominados ojos simples por el hecho de estar formados por una única ommatidia. Aparecen en la mayoría de los insectos. En la siguiente fotografía se pueden apreciar los ocelos (en la típica disposición de triángulo) del díptero Drosophila melanogaster, tal y como se ven al microscopio electrónico de barrido (para hacerse una idea del tamaño real, la barrita blanca mide 10 micras).
c) Ojos compuestos: están formados por una cantidad variable de ommatidias, que puede ir desde 1 en la obrera de la hormiga Ponera punctatissima hasta los cerca de 30.000 que presentan algunas especies de libélulas.
Los ojos compuestos de los insectos se pueden asimilar a un conjunto de lentes, que pueden dejar pasar la luz de unas a otras o estar aisladas por pigmentos, cada una de las cuales está formada por una lente, una guía de ondas (el rabdoma) y unos receptores de distintas longitudes de onda (TORRALBA & PÉREZ, 1997). Como esquema de un ojo compuesto de zona clara, puede valer éste (47 Kb).
Estos ojos pueden funcionar (y de hecho lo hacen) como analizadores de luz polarizada, lo que les permite (entre otras cosas) encontrar la dirección a seguir entre la colmena y las fuentes de néctar a las abejas (WEHNER 1995) aunque esto es algo que ya habíamos dicho al tratar de los artrópodos en general.
En las mandíbulas indudablemente ha de haber una gran variedad, no puede ser igual la que emplee una mariposa para libar el néctar de las flores que la que emplee un mosquito (mosquita más bien) para succionar la sangre.
En general, las mandíbulas de los insectos se llaman de formas distintas dependiendo de la función que hagan, a saber: trompa chupadora (moscas), probóscide chupadora (mariposas), probóscide perforante (chinches), probóscide lamedora (abejas), tubo succionador (mosquitos),... En algunos casos, la forma de las mandíbulas es típica de un orden, pero puede haber más de un tipo de mandíbula por cada orden.
En las antenas están los sentidos del tacto y del olfato de los insectos. Por lo general los insectos poseen dos antenas, excepción hecha de aquellos individuos que por ser inmaduros o por haber sufrido algún accidente carecen de una o incluso de los dos apéndices antedichos. Como ocurre en casi cualquier otro órgano de los insectos, existen numerosas adaptaciones y variantes, incluso dentro de la misma especie (en numerosos casos, se da un diformismo sexual consistente en que el macho presenta unas antenas plumosas (o más plumosas) que las hembras, y que les sirven para localizar a estas por el rastro de feromonas que emiten). En el dibujo de la página siguiente se puede observar la gran variación de este órgano existente entre las mariposas.
El tórax está formado por tres segmentos que, nombrados de delante atrás, se llaman protórax, mesotórax y metatórax. Es en el tórax donde se hallan las patas y las alas del insecto en el caso de existir.
Como veremos más adelante, las alas son la característica que más se emplea a la hora de clasificar a un insecto. Así, son muchos los grupos de insectos que reciben su nombre del tipo de alas que poseen: los lepidópteros (mariposas) son los que tienen alas escamosas, los coleópteros (escarabajos) son los que tienen cubrealas duros, los dípteros (moscas y mosquitos) son los que tienen dos alas,...
Es curioso que los insectos tengan alas, y, sin embargo, a la mayoría de las personas les parece de lo más normal. Aves y murciélagos han desarrollado alas a partir de estructuras anteriores que se han adaptado al vuelo.
Evolutivamente no puede surgir por una mutación un órgano tan complejo como puede ser un ala; así pues ¿cual era y para qué servía la estructura primitiva que ha dado lugar a las alas de los insectos?
Se han efectuado hipótesis sobre si la función de esas protoalas podría ser la de la estabilidad en el salto o presentar una minúscula superficie planeadora a la hora de caer. Sin embargo, experimentos hechos con modelos a escala revelan que las estructuras primitivas que pudieron surgir por mutación no sirven para estas funciones más de lo que sirve, por ejemplo, una pata.
Una vez llegados a este punto hemos de encontrar el posible beneficio que representaba que una protoala se fuera desarrollando por selección natural, porque de lo contrarío no habría pasado de una mera mutación sin importancia y por tanto, destinada a desaparecer.
Es ahora cuando nos encontramos con otras hipótesis de trabajo que indican que las protoalas podrían tener una función termorreguladora. Los experimentos confirman esta hipótesis y descubren unos datos interesantes: cuando (por efectos de tamaño) se estaciona la función termorreguladora de las alas y, por tanto, no habría ninguna razón para que siguieran creciendo, empieza a notarse un verdadero aumento de la función que actualmente desempeñan, creciendo esta con el tamaño: la capacidad para el planeo y, más tarde, para el vuelo.
En cuanto a las patas, decir tan solo que están formadas por la coxa, el trocánter (en algunos casos también trocantelo), el fémur, la tibia y el tarso, aunque algunas de estas piezas se pueden fusionar dependiendo de si se trata de una pata "típica" o si está especializada en alguna función (ver dibujos página siguiente).
En el abdomen se hallan los aparatos genitales y el ovopositor, que algunas veces se halla muy desarrollado (saltamontes, grillos) y otras, de lo que darán fe aquellos incautos que hallan molestado a una abeja o a una avispa, se ha convertido en un aguijón. No suele haber apéndices en el abdomen, aunque éste puede terminar en varios cercos.
En cuanto a la anatomía típica de los insectos daremos a continuación un breve paseo por los sistemas y aparatos más importantes de estos artrópodos.
i Aparato respiratorio: los insectos respiran por traqueas. Una traquea es una invaginación del ectodermo llena de tubos finos llamados traqueolas. Algunas larvas e insectos acuáticos poseen branquias traquéales (= traqueobranquias), y otros han desarrollado una cámara respiratoria donde guardan el aire en sus inmersiones.
i Aparato circulatorio: Se trata de un aparato circulatorio abierto o lagunar, con un solo vaso sanguíneo dorsal y un corazón. Está lleno de hemolinfa, que es, aproximadamente, el equivalente de nuestra sangre y nuestra linfa; aunque tenemos que tener claro que el sistema circulatorio de los insectos no se emplea para el intercambio gaseoso con los tejidos, función esta que realiza por sí solo el aparato respiratorio.
i Sistema nervioso: Está formado por un ganglio supraesofágico, que hace las veces de cerebro, y una cadena ganglionar ventral.
NOMBRES DE INSECTOS
NOMBRE COMUN
NOMBRE ZOOLÓGICO
Acaro blanco
Polyphagotarsonemus latus
Arañuela roja del te
Oligonychus yothersi
Bicho taladro
Hylotrupes Bajulus
Chicharrita
Delphacodes kuscheli
Chinche de la alfalfa
Piezodorus guildinii
Cotorrita
Empoasca fabae
Gorgojo de la alfalfa
Naupactus leucoloma
Gusano áspero
Agrotis malefida
Gusano cogollero
Heliothis virescens
Lagarta rosada
Pectinophora gossypiella
Mosca de la fruta
Ceratitis capitata
Mosca de la semilla
Delia platura
Oruga de la alfafa
Colias lesbia
Picudo del algodón
Anthonomus grandis
Piojo de San José
Quadraspidiotus perniciosus
Pulgón del maíz
Rhopalosiphum maidis
Pulguillas
Epitrix sp.
Taladrillo de los frutales
Scolytus rugulosus
Tucuras
Acrididae
Vaquita de San Antonio
Diabrotica speciosa
La entomología tiene sus raíces en casi todas las culturas desde tiempos prehistóricos, mayormente con la aparición de la agricultura (plagas, cría de abejas), pero el estudio científico empezó recientemente en el siglo XVI. La lista de entomólogos que registra la historia es enorme e incluye nombres como Charles Darwin, Vladimir Nabokov, Karl von Frisch (ganador del premio nobel en 1973), y muchos otros más.
La entomología (del griego éntomos, «insecto», y logos, «ciencia»)[] es el estudio científico de los insectos. De cerca de las 1,3 millones de especies descritas, los insectos constituyen más de los dos tercios de todos los seres vivos conocidos[] y, además tienen una larga historia fósil, ya que su aparición se remonta al Devónico, hace unos 400 millones de años. Tiene muchas formas de interacción con los humanos y con otras formas de vida en la Tierra; es así que la entomología se constituye una especialidad importante dentro de la zoología. La entomología incluye, con frecuencia, el estudio de otros artrópodos, como arácnidos, crustáceos y miriápodos, aunque esta extensión sea técnicamente incorrecta.
Los insectos.
Morfología de los insectos.
Para empezar, los insectos son artrópodos (con todo lo que ello implica), caracterizados por tener el cuerpo dividido en cabeza, tórax y abdomen (aunque puede haber excepciones a esta organización corporal entre las larvas y adultos, en los que pueden aparecer estas partes parcialmente reducidas o soldadas (ZAHRADNIK & CHVÁLA (1990))).
La cabeza consta de seis segmentos soldados para formar una cápsula dura, igual que los huesos de tu cabeza se unen para proteger tu cerebro (aunque los insectos carecen de un cerebro propiamente dicho). A simple vista se pueden distinguir en ella los ojos, las mandíbulas y las antenas.
Los ojos se pueden considerar como un tipo de sistema fotorreceptor, ya que, al fin y al cabo, eso es lo que hacen, captar la luz recibida. Básicamente, nos podemos encontrar con tres sistemas fotorreceptores (Torralba & Pérez 1997):
a) Receptores dérmicos: no se trata de receptores localizados, sino que toda la cutícula aparece como sensible a la luz. Esto se ha comprobado en larvas de Lepidópteros, en Periplaneta y en larvas de Tenebrio.
65 Kb)" o:button="t" o:allowoverlap="f">b) Ocelos: también denominados ojos simples por el hecho de estar formados por una única ommatidia. Aparecen en la mayoría de los insectos. En la siguiente fotografía se pueden apreciar los ocelos (en la típica disposición de triángulo) del díptero Drosophila melanogaster, tal y como se ven al microscopio electrónico de barrido (para hacerse una idea del tamaño real, la barrita blanca mide 10 micras).
c) Ojos compuestos: están formados por una cantidad variable de ommatidias, que puede ir desde 1 en la obrera de la hormiga Ponera punctatissima hasta los cerca de 30.000 que presentan algunas especies de libélulas.
Los ojos compuestos de los insectos se pueden asimilar a un conjunto de lentes, que pueden dejar pasar la luz de unas a otras o estar aisladas por pigmentos, cada una de las cuales está formada por una lente, una guía de ondas (el rabdoma) y unos receptores de distintas longitudes de onda (TORRALBA & PÉREZ, 1997). Como esquema de un ojo compuesto de zona clara, puede valer éste (47 Kb).
Estos ojos pueden funcionar (y de hecho lo hacen) como analizadores de luz polarizada, lo que les permite (entre otras cosas) encontrar la dirección a seguir entre la colmena y las fuentes de néctar a las abejas (WEHNER 1995) aunque esto es algo que ya habíamos dicho al tratar de los artrópodos en general.
En las mandíbulas indudablemente ha de haber una gran variedad, no puede ser igual la que emplee una mariposa para libar el néctar de las flores que la que emplee un mosquito (mosquita más bien) para succionar la sangre.
En general, las mandíbulas de los insectos se llaman de formas distintas dependiendo de la función que hagan, a saber: trompa chupadora (moscas), probóscide chupadora (mariposas), probóscide perforante (chinches), probóscide lamedora (abejas), tubo succionador (mosquitos),... En algunos casos, la forma de las mandíbulas es típica de un orden, pero puede haber más de un tipo de mandíbula por cada orden.
En las antenas están los sentidos del tacto y del olfato de los insectos. Por lo general los insectos poseen dos antenas, excepción hecha de aquellos individuos que por ser inmaduros o por haber sufrido algún accidente carecen de una o incluso de los dos apéndices antedichos. Como ocurre en casi cualquier otro órgano de los insectos, existen numerosas adaptaciones y variantes, incluso dentro de la misma especie (en numerosos casos, se da un diformismo sexual consistente en que el macho presenta unas antenas plumosas (o más plumosas) que las hembras, y que les sirven para localizar a estas por el rastro de feromonas que emiten). En el dibujo de la página siguiente se puede observar la gran variación de este órgano existente entre las mariposas.
El tórax está formado por tres segmentos que, nombrados de delante atrás, se llaman protórax, mesotórax y metatórax. Es en el tórax donde se hallan las patas y las alas del insecto en el caso de existir.
Como veremos más adelante, las alas son la característica que más se emplea a la hora de clasificar a un insecto. Así, son muchos los grupos de insectos que reciben su nombre del tipo de alas que poseen: los lepidópteros (mariposas) son los que tienen alas escamosas, los coleópteros (escarabajos) son los que tienen cubrealas duros, los dípteros (moscas y mosquitos) son los que tienen dos alas,...
Es curioso que los insectos tengan alas, y, sin embargo, a la mayoría de las personas les parece de lo más normal. Aves y murciélagos han desarrollado alas a partir de estructuras anteriores que se han adaptado al vuelo.
Evolutivamente no puede surgir por una mutación un órgano tan complejo como puede ser un ala; así pues ¿cual era y para qué servía la estructura primitiva que ha dado lugar a las alas de los insectos?
Se han efectuado hipótesis sobre si la función de esas protoalas podría ser la de la estabilidad en el salto o presentar una minúscula superficie planeadora a la hora de caer. Sin embargo, experimentos hechos con modelos a escala revelan que las estructuras primitivas que pudieron surgir por mutación no sirven para estas funciones más de lo que sirve, por ejemplo, una pata.
Una vez llegados a este punto hemos de encontrar el posible beneficio que representaba que una protoala se fuera desarrollando por selección natural, porque de lo contrarío no habría pasado de una mera mutación sin importancia y por tanto, destinada a desaparecer.
Es ahora cuando nos encontramos con otras hipótesis de trabajo que indican que las protoalas podrían tener una función termorreguladora. Los experimentos confirman esta hipótesis y descubren unos datos interesantes: cuando (por efectos de tamaño) se estaciona la función termorreguladora de las alas y, por tanto, no habría ninguna razón para que siguieran creciendo, empieza a notarse un verdadero aumento de la función que actualmente desempeñan, creciendo esta con el tamaño: la capacidad para el planeo y, más tarde, para el vuelo.
En cuanto a las patas, decir tan solo que están formadas por la coxa, el trocánter (en algunos casos también trocantelo), el fémur, la tibia y el tarso, aunque algunas de estas piezas se pueden fusionar dependiendo de si se trata de una pata "típica" o si está especializada en alguna función (ver dibujos página siguiente).
En el abdomen se hallan los aparatos genitales y el ovopositor, que algunas veces se halla muy desarrollado (saltamontes, grillos) y otras, de lo que darán fe aquellos incautos que hallan molestado a una abeja o a una avispa, se ha convertido en un aguijón. No suele haber apéndices en el abdomen, aunque éste puede terminar en varios cercos.
En cuanto a la anatomía típica de los insectos daremos a continuación un breve paseo por los sistemas y aparatos más importantes de estos artrópodos.
i Aparato respiratorio: los insectos respiran por traqueas. Una traquea es una invaginación del ectodermo llena de tubos finos llamados traqueolas. Algunas larvas e insectos acuáticos poseen branquias traquéales (= traqueobranquias), y otros han desarrollado una cámara respiratoria donde guardan el aire en sus inmersiones.
i Aparato circulatorio: Se trata de un aparato circulatorio abierto o lagunar, con un solo vaso sanguíneo dorsal y un corazón. Está lleno de hemolinfa, que es, aproximadamente, el equivalente de nuestra sangre y nuestra linfa; aunque tenemos que tener claro que el sistema circulatorio de los insectos no se emplea para el intercambio gaseoso con los tejidos, función esta que realiza por sí solo el aparato respiratorio.
i Sistema nervioso: Está formado por un ganglio supraesofágico, que hace las veces de cerebro, y una cadena ganglionar ventral.
NOMBRES DE INSECTOS
NOMBRE COMUN
NOMBRE ZOOLÓGICO
Acaro blanco
Polyphagotarsonemus latus
Arañuela roja del te
Oligonychus yothersi
Bicho taladro
Hylotrupes Bajulus
Chicharrita
Delphacodes kuscheli
Chinche de la alfalfa
Piezodorus guildinii
Cotorrita
Empoasca fabae
Gorgojo de la alfalfa
Naupactus leucoloma
Gusano áspero
Agrotis malefida
Gusano cogollero
Heliothis virescens
Lagarta rosada
Pectinophora gossypiella
Mosca de la fruta
Ceratitis capitata
Mosca de la semilla
Delia platura
Oruga de la alfafa
Colias lesbia
Picudo del algodón
Anthonomus grandis
Piojo de San José
Quadraspidiotus perniciosus
Pulgón del maíz
Rhopalosiphum maidis
Pulguillas
Epitrix sp.
Taladrillo de los frutales
Scolytus rugulosus
Tucuras
Acrididae
Vaquita de San Antonio
Diabrotica speciosa
miércoles, 29 de julio de 2009
FLORA BOSQUE ANDINO
Características generalesBosque de la parte alta de nuestras montañas, formado por árboles relativamente bajos y con hojas en promedio pequeñas, y con el sotobosque muy denso, a veces impenetrable. Las ramas y troncos suelen estar cubiertos por una gran cantidad de plantas epífitas, como musgos, bromeliáceas y orquídeas.El bosque andino crece en la franja de clima frío de Colombia y sus temperaturas pueden bajar mucho en la noche. Algunos bosques andinos crecen en zonas montañosas donde casi todo el tiempo se encuentran nubes: estos bosques son muy húmedos y se los conoce como bosques de niebla andinos. Otros bosques andinos pueden crecer en zonas secas, donde van siendo reemplazados por matorrales semiáridos.Las plantas y animales del bosque andino presentan un alto grado de endemismo, con muchas especies restringidas a áreas relativamente pequeñas. La diversidad global de los bosques andinos de Colombia es muy alta.El origen de los bosques andinos es relativamente “reciente” en términos geológicos, correspondiendo con el levantamiento de los Andes hasta alturas cercanas a las actuales en los últimos 6 millones de años. Este levantamiento hizo que en estas regiones tropicales aparecieran tierras con clima frío, permitiendo que especies de plantas y animales de latitudes elevadas entraran a Colombia. Entre ellas podemos mencionar los robles (Quercus) y zarzamoras (Rubus) del hemisferio norte y los encenillos (Weinmannia) y ajíes de páramo (Drimys) del hemisferio sur. El levantamiento de las montañas también favoreció que un sinnúmero de especies tropicales fueran evolucionando en los nuevos hábitats.Distribución en el paísSierra Nevada de Santa Marta y las tres cordilleras andinas, desde unos 2400 m.s.n.m. hasta el límite superior del bosque (usualmente entre 3300 y 3800 m.s.n.m.)FloraA diferencia de lo que ocurre en zonas bajas, en los bosques andinos suele presentarse la dominancia numérica de una o unas pocas especies de árboles sobre las otras. Uno de los géneros más importantes de árboles dominantes en los distintos bosques andinos de Colombia son los encenillos (Weinmannia.) Otros árboles dominantes en bosques andinos del país son los cedrillos (Brunellia), robles (Quercus, Trigonobalanus), pinos romerones (Podocarpaceae), alisos (Alnus), palmas de cera (Ceroxylon), tíbares y rodamontes (Escallonia), colorados (Polylepis), raques (Vallea), arrayanes (Myrcianthes), gaques (Clusia), taguas (Gaiadendron), laureles de cera (Myrica), sietecueros y tunos (Tibouchina, Miconia, etc.), moquillos (Saurauia), granizos (Hedyosmum) y manzanos (Clethra), entre muchos otros.Entre las familias más diversas de plantas leñosas en el bosque andino se cuentan las Asteraceae (familia de los frailejones y margaritas), Ericaceae (familia de los uvos de monte), Lauraceae (familia del aguacate), Melastomataceae (familia de los sietecueros) y Rubiaceae (familia del cafeto.) Es muy notorio el número de especies endémicas que hay en varios de estos grupos de plantas, por ejemplo en las Melastomataceae del género Miconia y en muchas Asteraceae.Comparado con otros bosques de Colombia, el bosque andino es particularmente rico en especies de líquenes y briófitos (musgos y sus parientes, las hepáticas), que crecen sobre las ramas de los árboles o forman colchones sobre el suelo, rocas y troncos caídos. También crecen sobre troncos y ramas numerosas bromeliáceas, orquídeas y helechos y las carnosas Peperomia.
FLORA BOSQUE ALTO
La amapola se siembra en pisos térmicos entre 2.800 y 3.200 metros de altura sobre el nivel del mar, precisamente donde se ubica el bosque alto andino responsable de la captación y regulación de agua. Es necesario recordar que una hectárea cuadrada de bosque, absorbe 30 metros cúbicos de gas carbónico; por esa razón cuando el bosque desaparece, se incrementa el gas carbónico en la atmósfera. Una de las formas más elementales de impedir la proliferación de orificios en la capa de ozono consiste en la captación de gas carbónico a través de los bosques. El ozono es un poderoso contaminante secundario que se forma cuando los óxidos del nitrógeno y los hidrocarburos orgánicos volátiles sin quemar, se combinan con el oxigeno bajo la acción de la luz solar.La insostenibilidad de la agroindustria colombiana está llegando a su límite porque inclusive los cultivos ilícitos han hecho presencia en la zona cafetera del Quindío donde la arroba de café en el 2.002 se pagó a 30.000 pesos. Allí, entre los 1.800 y los 2.600 metros de altura sobre el nivel del mar ya se encuentran cultivos de café, amapola y coca formando parte del mismo paisaje.
FLORA PARAMO
El ecosistema Páramo
Los páramos son ecosistemas de alta montaña neotropicales, distribuidos desde Costa Rica hasta el norte del Perú, a alturas generalmente superiores a 3,000 m. Están distribuidos discontinuamente entre los 11° N y 8° S, como "islas dentro de un mar de bosque" en el noroeste de Sur América, principalmente en Venezuela, Colombia y Ecuador, con algunos relictos en Costa Rica, Panamá y el norte de Perú. Los páramos presentan generalmente un clima frío y húmedo, con súbitos cambios climáticos. Aunque la fluctuación de temperatura anual es pequeña (2 a 10 °C), los cambios de temperatura diaria varían desde el punto de congelación hasta los 30 °C. Estas fluctuaciones producen un ciclo diario de congelación, aumento de temperatura y fuerte exposición a la radiación solar que algunos autores han descrito como un "verano cada día, invierno cada noche" (Hedberg, 1964).
En los páramos se encuentra una biota característica, adaptada a condiciones físicas extremas propias de la alta montaña tropical (i.e., alta radiación solar, baja presión atmosférica, cambios diarios extremos de temperatura y marcada estacionalidad de lluvias). Estos ecosistemas aparecieron hace ca. 15—5 millones de años, con el surgimiento de la Cordillera de los Andes, la Sierra Nevada de Santa Marta y las montañas centrales de Costa Rica. Con estos levantamientos, algunos representantes de la biota de las selvas tropicales bajas se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales, apareciendo así la biota autóctona de los páramos. A su vez, elementos Antárticos y Holárticos, adaptados a condiciones ambientales similares en altas latitudes, migraron desde el Sur y el Norte del continente respectivamente hacia el trópico, encontrando en los páramos hábitats apropiados para su establecimiento.
La marcada disección de estos ecosistemas en los picos de las montañas, acompañada de eventos de expansión y contracción de los mismos durante las glaciaciones del Pleistoceno, favorecieron los procesos evolutivos de diferenciación de poblaciones e intercambio genético entre ellas, generando múltiples eventos de diversificación. Así mismo las condiciones climáticas extremas han ejercido fuerte presiones sobre la biota de los páramos llevando a que en ellos se hayan dado múltiples eventos de radiación adaptativa y de convergencias evolutivas, dando como resultado un alto endemismo de especies emparentadas, y formas similares en grupos de distintos orígenes. Como ejemplo de los primeros encontramos varios géneros endémicos de plantas con un elevado número de especies como Espeletia, Aragoa, Jamesonia, entre otros. Las convergencias más comunes son hábitos en forma de roseta y cojines, al igual que reducción del tamaño de las hojas o la presencia un denso indumento blanquecino, observadas en muchas plantas del páramo. Como resultado, observamos en los páramos, hoy en día, una biota única y muy diversa, cuyo conocimiento y conservación debe recibir una especial atención.
Un páramo en época seca, durante su máxima expresión de floración es un espectáculo natural sin igual. A su vez, en época de lluvias, puede llegar a ser un lugar inhóspito, pero aún con un gran encanto. Su flora ha deslumbrado a botánicos y naturalistas por siglos (Fosberg 1944, Cuatrecasas 1948, Luteyn 1999). Desafortunadamente, y a pesar del intenso estudio de su vegetación, no existe aún una Flora de los Páramos. Un primer intento por elaborar una Flora de los Páramos, fue el trabajo de Volkmar Vareschi, quien publicó un magnífico texto con dibujos y fotografías de las plantas de los páramos circundantes a Mérida en Venezuela (Vareschi, 1970). Recientemente, James L. Luteyn, ha compilado en un tomo de gran utilidad, la literatura botánica, listados de especies y localidades geográficas de los páramos (Luteyn, 1999).
La flora del Páramo del Parque Nacional Natural Chingaza
En el Parque Nacional Natural Chingaza el ecosistema de páramo, aparece abruptamente entre los 2800 y 3000 m de elevación al terminar los bosques nublados. Aquí el paisaje del páramo se caracteriza por la presencia de extensas praderas onduladas con pequeños parches de bosques aislados o resguardados por los grandes riscos que las rodean, estos últimos producto del quebramiento de grandes lajas sedimentarias. Es común encontrar numerosos vestigios de las grandes masas de hielo glaciar, que en varias ocasiones cubrieron esta región durante los últimos 40,000 años. Entre éstos se tienen cañones bordeados por paredes escarpadas, con piedras pulidas por las corrientes glaciares. Las mayoría de las lagunas que hoy en día salpican el paisaje, también son producto de estos "ríos de hielo", cuyos frentes arrastraban grandes cantidades de tierra y piedras formando hondonadas rodeadas de pequeñas montañas. Las partes mas altas, has sido esculpidas en diversas formas irregulares por hielo y agua, las cuales en Chingaza se conocen localmente como "órganos".
La flora del Páramo de Chingaza ha sido estudiada y colectada por mas de tres siglos. Desde su constitución como Parque Nacional se han realizado en él numerosos estudios detallados de su vegetación. Entre éstos, cabe destacar los trabajos primordialmente fitosociológicos realizados por biólogos colombianos y extranjeros en la década de los 70’s (Cleef 1977, 1978, 1979, 1981, Ortíz & Rubio 1979, Franco 1982, Torres de Martínez 1982, Santana Castañeda 1983, Segura et al. 1984a, 1984b, Franco et al. 1986). Posteriormente, a principios de los 80’s, la Unidad de Ecología y Sistemática de la Universidad Javeriana inició el proyecto "Elaboración de la Flora Fanerogámica del Parque Nacional Natural Chingaza" (Bernal & Jiménez 1991, Jiménez & Bernal, 1991, Vargas-Ríos & Rivera-Ospina1991). Resultados parciales de este último, fueron publicados en varios números de Cuadernos Divulgativos, publicación de distribución limitada de la Universidad Javeriana.
En la actualidad se cuenta con un buen conocimiento taxonómico de la flora del Páramo de Chingaza. Sin embargo, este conocimiento se limita a listados de nombres de especies y la mayoría de los trabajos están consignados en documentos de difícil acceso, comúnmente llamados "literatura gris" (i.e., informes, documentos internos, tesis, etc.).
Los páramos son ecosistemas de alta montaña neotropicales, distribuidos desde Costa Rica hasta el norte del Perú, a alturas generalmente superiores a 3,000 m. Están distribuidos discontinuamente entre los 11° N y 8° S, como "islas dentro de un mar de bosque" en el noroeste de Sur América, principalmente en Venezuela, Colombia y Ecuador, con algunos relictos en Costa Rica, Panamá y el norte de Perú. Los páramos presentan generalmente un clima frío y húmedo, con súbitos cambios climáticos. Aunque la fluctuación de temperatura anual es pequeña (2 a 10 °C), los cambios de temperatura diaria varían desde el punto de congelación hasta los 30 °C. Estas fluctuaciones producen un ciclo diario de congelación, aumento de temperatura y fuerte exposición a la radiación solar que algunos autores han descrito como un "verano cada día, invierno cada noche" (Hedberg, 1964).
En los páramos se encuentra una biota característica, adaptada a condiciones físicas extremas propias de la alta montaña tropical (i.e., alta radiación solar, baja presión atmosférica, cambios diarios extremos de temperatura y marcada estacionalidad de lluvias). Estos ecosistemas aparecieron hace ca. 15—5 millones de años, con el surgimiento de la Cordillera de los Andes, la Sierra Nevada de Santa Marta y las montañas centrales de Costa Rica. Con estos levantamientos, algunos representantes de la biota de las selvas tropicales bajas se adaptaron a las nuevas condiciones ambientales, apareciendo así la biota autóctona de los páramos. A su vez, elementos Antárticos y Holárticos, adaptados a condiciones ambientales similares en altas latitudes, migraron desde el Sur y el Norte del continente respectivamente hacia el trópico, encontrando en los páramos hábitats apropiados para su establecimiento.
La marcada disección de estos ecosistemas en los picos de las montañas, acompañada de eventos de expansión y contracción de los mismos durante las glaciaciones del Pleistoceno, favorecieron los procesos evolutivos de diferenciación de poblaciones e intercambio genético entre ellas, generando múltiples eventos de diversificación. Así mismo las condiciones climáticas extremas han ejercido fuerte presiones sobre la biota de los páramos llevando a que en ellos se hayan dado múltiples eventos de radiación adaptativa y de convergencias evolutivas, dando como resultado un alto endemismo de especies emparentadas, y formas similares en grupos de distintos orígenes. Como ejemplo de los primeros encontramos varios géneros endémicos de plantas con un elevado número de especies como Espeletia, Aragoa, Jamesonia, entre otros. Las convergencias más comunes son hábitos en forma de roseta y cojines, al igual que reducción del tamaño de las hojas o la presencia un denso indumento blanquecino, observadas en muchas plantas del páramo. Como resultado, observamos en los páramos, hoy en día, una biota única y muy diversa, cuyo conocimiento y conservación debe recibir una especial atención.
Un páramo en época seca, durante su máxima expresión de floración es un espectáculo natural sin igual. A su vez, en época de lluvias, puede llegar a ser un lugar inhóspito, pero aún con un gran encanto. Su flora ha deslumbrado a botánicos y naturalistas por siglos (Fosberg 1944, Cuatrecasas 1948, Luteyn 1999). Desafortunadamente, y a pesar del intenso estudio de su vegetación, no existe aún una Flora de los Páramos. Un primer intento por elaborar una Flora de los Páramos, fue el trabajo de Volkmar Vareschi, quien publicó un magnífico texto con dibujos y fotografías de las plantas de los páramos circundantes a Mérida en Venezuela (Vareschi, 1970). Recientemente, James L. Luteyn, ha compilado en un tomo de gran utilidad, la literatura botánica, listados de especies y localidades geográficas de los páramos (Luteyn, 1999).
La flora del Páramo del Parque Nacional Natural Chingaza
En el Parque Nacional Natural Chingaza el ecosistema de páramo, aparece abruptamente entre los 2800 y 3000 m de elevación al terminar los bosques nublados. Aquí el paisaje del páramo se caracteriza por la presencia de extensas praderas onduladas con pequeños parches de bosques aislados o resguardados por los grandes riscos que las rodean, estos últimos producto del quebramiento de grandes lajas sedimentarias. Es común encontrar numerosos vestigios de las grandes masas de hielo glaciar, que en varias ocasiones cubrieron esta región durante los últimos 40,000 años. Entre éstos se tienen cañones bordeados por paredes escarpadas, con piedras pulidas por las corrientes glaciares. Las mayoría de las lagunas que hoy en día salpican el paisaje, también son producto de estos "ríos de hielo", cuyos frentes arrastraban grandes cantidades de tierra y piedras formando hondonadas rodeadas de pequeñas montañas. Las partes mas altas, has sido esculpidas en diversas formas irregulares por hielo y agua, las cuales en Chingaza se conocen localmente como "órganos".
La flora del Páramo de Chingaza ha sido estudiada y colectada por mas de tres siglos. Desde su constitución como Parque Nacional se han realizado en él numerosos estudios detallados de su vegetación. Entre éstos, cabe destacar los trabajos primordialmente fitosociológicos realizados por biólogos colombianos y extranjeros en la década de los 70’s (Cleef 1977, 1978, 1979, 1981, Ortíz & Rubio 1979, Franco 1982, Torres de Martínez 1982, Santana Castañeda 1983, Segura et al. 1984a, 1984b, Franco et al. 1986). Posteriormente, a principios de los 80’s, la Unidad de Ecología y Sistemática de la Universidad Javeriana inició el proyecto "Elaboración de la Flora Fanerogámica del Parque Nacional Natural Chingaza" (Bernal & Jiménez 1991, Jiménez & Bernal, 1991, Vargas-Ríos & Rivera-Ospina1991). Resultados parciales de este último, fueron publicados en varios números de Cuadernos Divulgativos, publicación de distribución limitada de la Universidad Javeriana.
En la actualidad se cuenta con un buen conocimiento taxonómico de la flora del Páramo de Chingaza. Sin embargo, este conocimiento se limita a listados de nombres de especies y la mayoría de los trabajos están consignados en documentos de difícil acceso, comúnmente llamados "literatura gris" (i.e., informes, documentos internos, tesis, etc.).
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